La ministra de Asuntos Humanitarios de Nigeria, Sadiya Umar Farouq, cifró este domingo (09.01.2022) en más de 200 el número de personas que murieron en varios ataques perpetrados por hombres armados, conocidos como “bandidos”, durante la semana que termina en el estado de Zamfara, en el noroeste del país más poblado de África.
“Es horrible y trágico. Más de 200 personas fueron enterradas hoy (domingo) debido a la invasión de bandidos”, declaró Umar Farouq. “Nos preocupan también los cientos de personas desplazadas que huyen de sus comunidades”, agregó la autoridad. El sábado, el presidente Muhammadu Buhari había condenado los ataques, pero sin citar el balance de muertos, que según representantes de la comunidad civil entonces llegaba a 100.
Buhari criticó las matanzas “contra personas inocentes” y las describió como “un acto de desesperación por parte de los asesinos, ahora bajo la implacable presión de nuestras fuerzas militares”. El mandatario sostuvo que “los criminales serán historia porque no vamos a retirar nuestras operaciones militares”. El gobernador de Zamfara, Bello Matawalle, visitó los lugares afectados y ordenó reforzar la presencia de las fuerzas de seguridad.
Drama sin fin
Según Matawalle, las autoridades estatales están reunidas con las fuerzas de seguridad nigerianas para rediseñar sus operaciones militares en la zona, y el próximo lunes anunciarán todas las decisiones tomadas. Según testigos, cientos de hombres armados y a bordo de motocicletas irrumpieron en las localidades, saqueando y asesinado a los vecinos.
“Hasta el momento hemos enterrado a unas 200 personas. Seguimos buscando más cadáveres, que están repartidos en varias áreas, por lo que hemos enviado grupos de rastreo a todas las localidades afectadas”, dijo Shawwal Aliyu, coordinador de Zamfara Cirle, una organización de la sociedad civil. “Estamos esperando a que los voluntarios terminen sus reuniones para confirmar el número (de muertos)”, agregó
Los asaltantes empezaron sus ataques el pasado martes, y se extendieron hasta el jueves. Los bandidos mutilaron muchos de los cadáveres e incendiaron decenas de casas en al menos nueve localidades, provocando el desplazamiento de unas 10.000 personas. Varios estados del centro y noroeste de Nigeria sufren estos ataques pese a las reiteradas promesas del presidente Buhari de acabar con el problema.